En el pulso vibrante de la Primera Nacional, Gimnasia y Esgrima de Jujuy incorporó piezas de valía para potenciar su juego, además de seguir construyendo un presente promisorio y un futuro que ilusiona, sobre una base sólida de cualidades humanas y profesionales.

El “Lobo” se rearmó con una visión clara, que es competir al máximo nivel sin perder de vista la importancia de la fuerza colectiva y la calidad de las personas.

La reciente incorporación de Román Barreto, la cuarta del “Lobo”, es un claro ejemplo de esta dualidad que conjuga ambición deportiva con un férreo ambiente grupal.

Barreto, quien se desempeña como lateral izquierdo y también puede ocupar la zaga central, está en Jujuy con la convicción de arribar a un “club grande” y con la promesa a los hinchas de “dar la vida” en cada partido.

Su predisposición “es total”, estadio que se patentiza en su prioridad de “puesta a punto física y estar preparado para cuando surja la oportunidad de jugar”, conceptos que evidencian su compromiso desde el primer día.

Asimismo, no escatimó elogios para el plantel que lo recibió, resaltando que se sumó a “un grupo muy lindo y eso lo valoro mucho”.

Subrayó, además, que la “fortaleza de este grupo es la unión, forjada por muy buenas personas”, un aspecto fundamental que contribuye al buen clima de trabajo.

Mientras el equipo se prepara “a full” para el próximo compromiso ante Estudiantes de Río Cuarto, Barreto se muestra “plenamente dispuesto a aportar lo mejor para el plantel y, desde este punto, crecer futbolísticamente”.

Su llegada a Gimnasia de Jujuy no solo implica el aporte de una pieza importante en lo deportivo, sino que también refuerza la idea de un club que prioriza el profesionalismo y el desarrollo humano, creando un ambiente propicio para alcanzar los objetivos en esta exigente Primera Nacional.