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ACUSAN AL DIPUTADO QUINTAR POR UNA ESTAFA CON LA OBRA SOCIAL DE LOS AZUCAREROS DE JUJUY
En diálogo con LPO, el diputado Quintar negó las acusaciones. "Esto es una interna del sindicato y gente vinculada al radicalismo me quiere ensuciar a mí", respondió, y agregó: "yo solo fui abogado de la clínica, le brindé asesoramiento legal"
Por JUJUY247.COM
Publicado en 10/09/2025 22:45 • Actualizado 10/09/2025 23:33
POLÍTICA Y ECONOMÍA.-
Foto: Juanca Casas - https://www.lapoliticaonline.com/
El secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar del Ingenio Ledesma (Soeail), Luciano Lezano, acusó al diputado libertario Manuel Quintar de ser la punta de lanza de un complot para quedarse con el control de la obra social del gremio, que mueve cientos de millones de pesos por mes. El jefe político de Quintar es Lule Menem, que está a punto de ser procesado por el desfalco de la obra social de los peones rurales (Osprera).
 
El fiscal federal Guillermo Marijuán investiga un presunto circuito de retornos en Osprera, intervenida por el ministro de Salud, Mario Lugones, que les cedió el control real a los Menem y lo primero que hicieron es meter a la Droguería Suizo Argentina de la familia Kovaliver, los mismos de las coimas denunciadas por Diego Spagnuolo en la Andis. Un mecanismo parecido parece repetirse en el caso de la obra social de los empleados del Ingenio Ledesma.
 
Según denuncian los trabajadores, participan de la jugada junto a Quintar el ex presidente de la obra social del gremio, Miguel Guerra, y su ex tesorera, Julieta Chocala. Además de quedarse con "el negocio" de las prestaciones de salud de más de 5 mil afiliados, estaría en disputa la posesión de un valioso inmueble.  
 
Los trabajadores, por su parte, recuerdan que Quintar es uno de los dueños de la clínica Los Lapachos, con una sucursal emplazada en San Salvador de Jujuy y otras en el resto de la provincia, y que su familia acredita ramificaciones en el sector salud. "En los 90', Los Lapachos se llamaba Clínica Quintar y siempre perteneció a su clan", comentó a LPO un dirigente del sindicato del Ingenio Ledesma. 
 
El conflicto se desacó en diciembre pasado, cuando Lezano tomó posesión del gremio y descubrió que, por el acuerdo labrado entre Guerra, Chocala y Quintar, la Ospail tenía una deuda por 183 millones de pesos, fechada en 2022. Pero el ex titular de la obra social y su por entonces tesorera firmaron documentos que certificaban el incremento de ese monto a casi 500 millones, después de haber perdido la conducción gremial el año pasado. "Firmaron en diciembre, cuando ya no estaban en el sindicato", apunta Lezano. La transición fue traumática: según los vencedores, Guerra se robó las actas de la elección.
 
"Los ex dirigentes se borraron porque Guerra y Quintar pusieron plata para que la junta electoral demore la firma de las actas de asunción, cosa que hicieron después de 8 meses", precisó el secretario general actual, y abundó: "yo presenté las actas de cierre de escrutinio y, con eso, me dieron una certificación provisoria pero el plazo ya venció".  
 
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