POR CELESTE MARCÓNIZ.
En un mundo cada vez más conectado, donde las redes sociales se han convertido en el escenario de nuestras vidas, nos encontramos con una realidad desgarradora: el bullying en redes sociales.
Celeste Rodríguez es una artista jujeña que se presentará en la esperada Cena Blanca de los estudiantes, se convirtió en el rostro de esta problemática que afecta a tantos jóvenes hoy en día. En un acto de valentía decidió compartir su experiencia con los comentarios crueles y ofensivos que ha recibido en línea, un testimonio que nos invita a reflexionar sobre nuestra responsabilidad como sociedad.
“Recibí muchos comentarios feos y mensajes privados”, declaró Celeste, con una sinceridad que atraviesa la pantalla. Sus palabras resuenan no solo en su historia, sino en la de miles de jóvenes que, a diario, enfrentan el acoso y la descalificación en las redes sociales. La valentía de la joven artista no radica solo en su talento musical, sino en su disposición a abrirse y mostrar su vulnerabilidad en un momento en que muchos optarían por el silencio.
“No les gustaría que sus hijos, sobrinos, reciban estos comentarios”, continuó, apelando a la empatía.
Este llamado es un recordatorio de que detrás de cada pantalla hay un ser humano, con sentimientos y emociones.
Reflexionemos: ¿Cómo queremos que nuestros seres queridos sean tratados? ¿Estamos dispuestos a ser parte de la solución o del problema?
“No pido que comenten solo cosas lindas, sino que tengan empatía”, agregó Celeste, y aquí radica el corazón de su mensaje. La empatía no implica ignorar la crítica constructiva, pero sí invita a un diálogo más respetuoso y consciente. En lugar de descalificar, debemos aprender a construir y apoyar. Las palabras tienen un poder inmenso y, en lugar de ser armas de destrucción, deberían ser herramientas de aliento.
Celeste también reconoce que “no les niego que sí me afectaron (comentarios ofensivos) , estoy aprendiendo a manejar ciertas situaciones”. Este es un paso crucial en su proceso de sanación y crecimiento. Nos enseña que sentirse herido no es un signo de debilidad, sino una parte natural de la experiencia humana.
Finalmente, Celeste recordó que “voy a cantar en la Cena Blanca”. Este es más que un simple anuncio de un evento; es un acto de reivindicación. A pesar de los obstáculos, ella elige brillar, elige mostrar su arte y su voz.
En su canto, hay un mensaje de esperanza y resistencia que todos necesitamos escuchar.
Luchemos contra el bullying, practiquemos la empatía, promovamos el respeto y construyamos un espacio donde todos puedan expresarse sin temor a ser juzgados.