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CIRCULO ROJO: LA CAMPAÑA DEL GOBIERNO ENTRE WASHINGTON Y BUENOS AIRES, Y EL DÍA DESPUÉS DE LAS ELECCIONES
En el seno de LLA hubo en estos días reproches cruzados por la falta de una estrategia única que derivó, tras la demora en bajarlo a Espert, en una sucesión de traspiés judiciales. El martes, en Mar del Plata, se respiró sin embargo otro aire
Publicado en 12/10/2025 20:52 • Actualizado 13/10/2025 15:27
POLÍTICA Y ECONOMÍA.-
Foto: https://revistaquorum.com.ar/

Por Federico Mayol de https://www.infobae.com/

Quedate tranquilo”, le dijeron a Diego Santilli el pasado fin de semana cuando le propusieron ocupar el primer lugar de la lista nacional bonaerense en lugar del renunciado José Luis Espert y se especulaba, con optimismo, con que la Justicia electoral aceptaría el pedido de La Libertad Avanza para la reimpresión de boletas, un negocio de $12.000 millones que las imprentas, que fueron contactadas de manera informal la semana pasada, esperaban recaudar doblemente.

La mala praxis del Gobierno, que tardó una semana, de domingo a domingo, en bajar a Espert de la candidatura -“En definitiva, le hemos dado más capítulos al maravilloso guion argentino”, concluyó el viernes feriado, con sorna, un resignado operador libertario-, tuvo este sábado al menos una definición favorable de la Cámara Nacional Electoral, que oficializó, con fundamentos de la ley de paridad, a Santilli como cabeza de lista y revocó la resolución de Alejo Ramos Padilla, a pesar del revés de Ramiro González, fiscal electoral, que se pronunció el viernes por la tarde en favor de Karen Reichardt como primera candidata.

Una resolución que le dará ahora al diputado violeta del PRO un argumento central para intentar forzar un debate con Jorge Taiana. En el oficialismo le tenían poquísima fe a Reichardt para esa tarea. En estas horas, la Casa Rosada aguardaba, de todos modos, la decisión final por la reimpresión de las boletas. No había demasiado optimismo. La resolución por Santilli fue, de todos modos, un triunfo simbólico para un gobierno que apunta, en el principal distrito electoral, a un repunte épico.

El martes, el lobby del hotel Hermitage de Mar del Plata, adónde llegó Javier Milei de campaña junto a una nutrida comitiva presidencial, se transformó en una romería. Un desfile incesante de funcionarios y dirigentes que eran recibidos en el hall principal por el empresario Florencio Aldrey Iglesias, hombre fuerte de Mar del Plata, con vínculos generosos con el peronismo e intereses diversos en esa ciudad. Un lomo bien servido se disfrutó para el almuerzo, en una mesa reservada a la que se sentaron Guillermo FrancosLisandro CatalánDiego Santilli y el intendente anfitrión, Guillermo Montenegro, todos pendientes de las novedades en torno a la Junta electoral bonaerense que, en primera instancia, no serían las mejores.

Una sensación distinta, tal vez influenciada por las negociaciones que se multiplicaban entre Washington y Buenos Aires, y que tendrían, el jueves, el broche casi definitivo, a la espera de la reunión de este martes en el Salón Oval, con el anuncio de Scott Bessent con la implementación de un swap por USD 20.000 millones y la intervención inédita en el mercado local cambiario con venta de dólares por parte del Tesoro canalizada a través del Banco Santander.

Una operación que fue seguida con mucha atención por el sistema bancario, aunque en Europa, casa matriz de la entidad, hay un especial interés por las intensísimas negociaciones entre el BBVA y el Banco Sabadell tras la hostil oferta pública de adquisición del BBVA que podría terminar por crear la segunda entidad del mercado español.

Una posible fusión que mantiene en vilo al círculo rojo español y europeo, y que tiene, en la primera línea de la discusión pública, a un empresario bien conocido en la Argentina: David Martínez Guzmán, fundador del fondo Fintech, dueño del 3,86% del capital del Sabadell que lo convierte en el tercer mayor accionista del banco. 

En nuestro país, sin embargo, todas las fichas están puestas en la reunión del próximo martes en la Casa Blanca tras el paso del equipo económico, liderado por Luis Caputo, “Toto”, que le dio a Milei y a la campaña libertaria el oxígeno suficiente para transitar hasta el 26 de octubre sin volatibilidad cambiaria.

Ese era el objetivo. 26 y después. Para eso, además del trabajo del ministro en Washington, colaboró activamente desde Buenos Aires el otro Caputo, Santiago, cuya figura volvió a revalorizarse esta semana con esas gestiones que él mismo se encargó de ventilar con los encuentros que mantuvo en Casa Rosada con el lobista Barry Bennett, con llegada a la administración republicana.

El consultor dedicó además algunas gestiones a la sesión del miércoles en Diputados, que le dio al oficialismo al menos la posibilidad de sacar la cabeza de abajo del agua en el tramo final de la campaña tras la batería de derrotas parlamentarias: la caída del artículo 3 de la ley de reforma del régimen de DNU, relacionado con los plazos, con colaboración de algunos gobernadores y legisladores aliados, devolvió el proyecto al Senado.

El promocionado rol de Caputo no parece haber caído de la mejor manera en la presidencia de la Cámara baja, desde donde también, dicen, se trabajó en ese sentido. En Las Fuerzas del Cielo la desconfianza en los Menem sigue tan latente como siempre, o aún peor. Por eso será que el estratega oficialista propicia un recambio en ese sillón a partir del 10 de diciembre, en cabeza, en teoría, de Cristian Ritondo

Los anuncios económicos del Tesoro norteamericano volvieron a darle aires de optimismo al Gobierno en los últimos quince días de campaña, pero no alcanzan para moderar la interna. Se plantea, en ese contexto, un interrogante: ¿será el momento, después de las elecciones, de blanquear al consultor en el organigrama? Es la pregunta del millón. Se menciona incluso dentro de ese interrogante a otros colaboradores que tienen tareas muy sensibles. Uno de ellos es Francisco Caputo, hermano clave del asesor, a quien le adjudican numerosas gestiones en diversas áreas, con foco en el rubro económico, y múltiples relaciones.

Por ejemplo, con la segunda generación de la familia NeussA ese dilema en torno a Santiago Caputo contribuyó el último jueves el jefe de Gabinete, entrevistado en Infobae en Vivo, cuando dijo: “Hay algunos que firmamos resoluciones, decretos, y hay otros que asesoran pero no tienen esa responsabilidad”. Cuando se le consultó directamente si se refería a Caputo, respondió: “Obvio, dirigentes que están participando del Gobierno, que asuman responsabilidades, es bueno”.

Créditos: https://www.infobae.com/

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